A los que padecemos Madrid, el Ayuntamiento nos está imponiendo estos días la idea de que Madrid necesitaba más espacios publicitarios.
Como si no hubiera ya suficientes soportes urbanos para publicidad (marquesinas con excusa de depósito para pilas, marquesinas con excusa de mapa de ciudad, marquesinas con excusa de depósito de envases, marquesinas de parada de autobús, marquesinas publicitarias a secas, cabinas telefónicas, banderolas de farola, fachadas de edificios, carrocerías de autobús, escaparates...) el Ayuntamiento de Madrid ha firmado otro acuerdo de explotación publicitaria del espacio público por un plazo de 10 años. Y lo ha hecho, por supuesto, sin consulta previa. Debe ser que al ciudadano sólo hay que consultarle las cosas importantes, como el diseño del logo de la candidatura olímpica y así.
Para lo que cada vez vamos mejor es para sustituir a Las Vegas como capital mundial del Kitsch. Y es que ya no hay una sola perspectiva armónica en Madrid. Todo es ruido y comercio.
Los nuevos elementos de mobiliario urbano que habrá que sortear mientras se pasea tienen ésta forma:
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