Lost

Me gustaría escribir algo sobre Lost, una serie a la que estoy, no me importa reconocerlo, infantilmente enganchado. Pero resulta que hay un tipo que ya ha escrito exactamente lo que pienso, así que sólo me queda poner un enlace a Espoiler.

Declaración de la renta

Aunque cada vez es menos el tiempo que exige la dichosa declaración, estoy deseando que llegue el momento del automatismo total, seguro, confiable y justo del impuesto.

Lo malo de la declaración de la renta es que a muchos les lleva a pensar que son estos los únicos euros con los que el Estado se maneja. Debería obligarse, por ley, a informar de aquella parte de los precios que pagamos todos los días, que se dedica a la satisfacción de impuestos (y no sólo el I.V.A.). Quizá así, seríamos más conscientes de todo lo que le damos al Estado y nos volveríamos más exigentes con el uso que se le da.

Ha aparecido un buen símbolo

Leo con pesar la historia de el niño lama español y me parece que en lo que se ha convertido es en un símbolo viviente del efecto nocivo de todas las religiones (incluida el aparentemente inofensivo budismo). Me gustaría saber más de esta historia, sobretodo del papel de los padres en todo esto.

Quizá el secreto...

...es hacer como si todo lo que hacemos tuviera un sentido o sirviera realmente para algo. Me he quedado con esa frase de Paul en el último capítulo de la segunda temporada de In Treatment que, como la primera, ha sido una pasada.

El lunes mismo empiezo a aplicar la receta.

Lo mejor de la serie es que funciona, precisamente, como una terapia. Es muy fácil encontrar partes de uno mismo diseminadas entre los distintos personajes que pasan por el sofá de Paul. O incluso en Paul mismo. Y eso que a mi, los fundamentos del psicoanálisis me parecen muy poco sólidos.

Nuevo libro de Jamie

Y nueva receta. Salmon en Croute, que traducido es salmón sobre hojaldre con tomate, tapenade, albahaca, mozarela y aceite, sal y pimienta a (buena) voluntad. Una delicia de sábado tarde que sabe más rica en buena compañía (doy fe).

El nuevo libro es "Ministry of food" y me ha costado ¡nada! canjeando en Amazon unos cupones que amablemente me envía una empresa de investigación de mercados por decirle, cada semana, que cada día me gusta menos el cine.

Sin rumbo

Otra señal de que la profesión que profeso va sin rumbo es que, uno de los miembros más destacados de la tribu, Toni Segarra, tiene que dedicar una importante cantidad de páginas de su único libro sobre la publicidad a explicar lo que los publicitarios no somos.

Por cierto, el libro, que se titula "Desde el otro lado del escaparate" no está mal.

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